En esta era de gran desarrollo de las tecnologías de información y comunicación, el software interviene en la mayoría de nuestras actividades, desde emitir un email hasta la inscripción en organismos o la generación de documentos administrativos y pagos. Esta realidad nos obliga a pensar, entre otras cosas, qué tan accesible necesitamos que sea el conocimiento de los mecanismos que utiliza el software interviniente y si lo que muestra en pantalla es todo lo que hace o si además utiliza esa información con otros fines menos predecibles.
Por definición, el Software Libre responde a esa pregunta positivamente. Según la definición acuñada por la Free Software Foundation en la década del 80, los programas libres son aquellos cuya licencia de uso nos permite:
- Usarlos con cualquier propósito
- Estudiar cómo están construidos y adaptarlos a las propias necesidades
- Hacer y distribuir copias
- Realizar mejoras y redistribuir las versiones mejoradas.
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